Sehr geehrte Fauler Säcke,

Este tipo es admirable. Se llamó Goethe. Dicen que era un genio, un "Universalintellektueler" como mi ex-maestra-por-un-tiempo de alemán le llamaba.

Lo que resaltaba de él, aparte de que era un cuerdita claro, es que le tiró a todo, y a todo le dió.

Fue científico, fue poeta, escribió "Roman"´s o novelas en alemán, sé por mi parte que le pegó a la botánica y a la física de Newton. Hasta bien viejero era el wey.

Los alemanes todavía lo consideran su más grande poeta. Hasta Nietzche, que a todo le tiraba mierda lo reconocía como un tipo genial, superior.

Así me siento yo, como mi cuate Johann.

Pero no por lo cuerda, sino porque le tiro a todo. Y me doy cuenta, cuando lo hago, que no soy Goethe. Ni en lo malo me le acerco siquiera, ya que soy un fanático de la monogamia, y lo desordenado a veces se me hace pues, entretenido (alles hässliche, alles unordung war für ihn verhasst).

Me siento cansado de querer todo, y dejar tan poco tiempo para lo que A MÍ me importa. No he estudiado molecular porque salgo de clase me voy al alemán me salgo del alemán temprano para ir a junta de representantes la termino apurado porque tengo que llegar al laboratorio porque programé un PCR me habla Nallely me dice que el evento de la semana que entra (que se llama "La Biología y los Niños", está muy bonito una vez que pase pongo fotos) es un caos que faltan camisas que saque lana voy corriendo a la casa saco lana pero antes regreso corriendo al laboratorio para cambiar la hora a la que programé el PCR todo este tiempo pienso en el examen de Biología Molecular en el Quijote que no se acaba en el libro de cordados que llevo tres días leyendo en lapsos de 20 minutos en la visa alemana y de repente, me detengo,

me siento en la computadora, me acuerdo de Goethe, me acuerdo que leí, con calma, que el nunca sería un ejemplo de lo perfecto (de lo que tanto hablaba pues era fanático de la perfección) porque como todo gran hombre no supo encontrar la perfección de sus ideas implementada en su propia vida.

Nunca fue fiel, aunque hablara del amor.

Nunca encontró esa belleza monumental de la que hablaba, en su vida diaria.

Calma, calma,

Lo que menos ha de haber tenido el Johann, a mi más me lo recuerda.

Tschüs...